*Una
supernova (del latín nova, «nueva») es una explosión estelar que puede
manifestarse de forma muy notable, incluso a simple vista, en lugares de la
esfera celeste donde antes no se había detectado nada en particular.
La burbuja
de una supernova, los residuos de una enorme estrella que explotó hace unos
2.000 años, ha dado una sorpresa a unos astrónomos que la han observado con el
telescopio en órbita de rayos X Newton. El objeto (denominado RCW 103) se
conocía ya y aparentemente era normal, es decir, sería una burbuja de materia
proyectada por la explosión estelar con un objeto sólido residual en el centro,
una estrella de neutrones. Este astro se llama 1E161348-5055, o 1E.
Días de Almas muertas.
Llámame como gustes, no tengo Nombre.
No tengo Nombre, no tengo edad, ni tengo a Nadie. No existe
el tiempo para mí. Sin horarios, sin momentos, siempre estoy en un constante
sueño en el que nada ocurre, en el que nada se mueve, y en el que nada para ni
un momento.
En un instante, nada ocurre.
Ese momento en el que carezco de sentimientos, de
expresiones, nadie me aporta nada, nada me importa algo.
Vivo en las sombras, donde no pueden verme, a no ser que mi
cara esboce una sonrisa o me “apetezca” abrir los ojos, que como ya he dicho,
no tengo sentimientos ni apetito.
Sólo tengo la mente activa, mientras mi corazón se para
junto a mi alma apagada. Y en mi pesar cabe un único conocimiento. Estoy
cayendo.
Me abato por un túnel en picado y vacío, tan lleno de
oscuridad, que cualquier cosa es sinónimo de negro.
Me parece estar ingrávido en una supernova de una paz
lúgubre que envuelve mi piel y la convierte en un color bruno dejando mis ojos
y mi sonrisa intacta, ése placer que le da… disfruta haciéndome sufrir,
absorbiéndolo todo y reduciéndome a una fría mirada y una boca inexpresiva,
quitándome lo único que realmente poseo… a mí mismo.
Sólo hay dos formas de despertar: Por las buenas, o por las
malas.
¿Por las malas? Digamos que mi temperamento se basa en
intentar hacer siempre el bien (excepto que la ocasión requiera lo contrario),
ayudar, proteger y servir; Hacer feliz a la gente y buscar la Paz. Pero hay
momentos en los que me abrumo de todo eso, cuando la gente te usa como un
títere de feria barata, porque nadie respeta nada más lejos de su ego, que es tan
grande que abarca su ángulo de visión. Y dentro de mí, en lo más profundo, en
mi más recóndito origen, habita un ser encerrado en una cárcel con barrotes de
titanio y diamante bajo mi supernova personal. “ÉL”, mi Monstruo, ése demonio
de ojos negros, colmillos afilados y una voz desgarradora. De ÉL es feo hasta
su forma de mirar, de ÉL duele hasta el roce de su pelo, que se clava como
cuchillas de afeitar. Un ser repugnante, excelente imperfección, una jodida
obra de arte.
Sólo ha conseguido salir de mí 3 veces, en 3 ocasiones, en
su forma más perfecta. La 1º no se pudo controlar, el resto, aunque no las pude
retener, realizó labores más constructivas que destructivas.
Por las buenas sólo se escapar de una manera de mi sueño
imperecedero. Me gusta llamarlo… la “Desfibrilación”, porque hace que mi
corazón vuelva a latir, que la sangre de mis venas fluya como el hijo del
viento. Consiste en algo tan simple y tan inocente como en una sonrisa. Una
sonrisa que me hace sentir bien, vivo. Una sonrisa de mis padres, de mis
amigos, de Ella…. Sobre todo de Ella… Cuando eso ocurre, siento que todo va
bien.
Imaginaos un charco, claro, limpio, cristalino y sereno.
Arrojad en él una gota de sangre. Envolverá y se unirá al agua.
Ésa gota es mi luz, que se abalanza sobre mis problemas y
llega a un acuerdo mutuo, un pacto, como la fusión de los líquidos, donde
prevalece el color de la sangre notablemente, mi luz.
Mis constantes vitales bailan a ritmo del Rey del Rock.
Siento haceros esperar, he vuelto, vuelvo a vivir.

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